domingo, 23 de noviembre de 2014

EL FOLCLORE ANDALUZ QUE NO VEMOS

Por Antonio Moreno Ruiz
Historiador y escritor


Como hemos hablado en otros artículos, muchas veces determinadas imágenes románticas, extranjeras o politizadas han deformado absolutamente la identidad etnomusical española, y probablemente Andalucía es la que se lleva la palma en todos estos grotescos cuadros, pues no en vano la imagen que queda es que no tenemos una cultura propia que no se deba a África o al Oriente. Y eso no es así ni tan siquiera en el flamenco, que no es folclore propiamente dicho, sino una reinterpretación del folclore, cuyas raíces son más complejas y claras de lo que nos han querido contar muchas veces (1). Sin embargo, con todo lo que a un servidor le gusta el flamenco, no sólo de flamenco vive Andalucía. En el sur ibérico tenemos una gran variedad de manifestaciones populares y tradicionales que ni nosotros mismos conocemos; y en ellas, confirmamos la interacción con las músicas criollas y asimismo, cómo en Canarias (2) se conserva un folclore muy parecido al antiguo folclore andaluz que, gracias entre otros, a asociaciones folclóricas como la de Juan Navarro de Torremolinos, todavía vive recordándonos de dónde venimos y a dónde debemos ir. Y es que también sucede que, como aquí vemos, existe todo un sustrato musical hispánico que tiene unas raíces comunes innegables hasta en la nomenclatura y los bailes y se reitera por la Península e islas adyacentes, proyectándose luego sobre América. Y mal que bien, eso no se ha podido borrar, y si no se ha borrado, es por algo; porque por más intereses politiqueros que haya, la tradición siempre aparece como una dinámica novedad.

En fin, pasen y vean el folclore andaluz que habitualmente no vemos:




























(1) Recuérdese: 






(2) Recuérdese: 



martes, 18 de noviembre de 2014

CANARIOS EN LA AMÉRICA DEL NORTE

Imagen de www.visitstbernard.com


-Hace poco referíamos en CANARIAS EN LAS ESPAÑAS la gran aportación canaria al mundo hispano de América. Y cuando decimos América, decimos todo el continente, pues canarios fueron los fundadores de San Antonio de Tejas como canarios fueron los fundadores de Montevideo. En Estados Unidos, mal que bien, se reivindica más y mejor la historia española que en la propia España; y el recuerdo de los pobladores canarios, los que más pronto echaban raíces en el Nuevo Mundo, se muestra aún vivo por ejemplo en Luisiana, donde se están haciendo esfuerzos para no perder el legado isleño, mantenido contra viento y marea como arcano intemporal de la bandera de España en el septentrión.

Les dejamos algunos enlaces más que ilustrativos al respecto, pasen y vean:















Recopilación y comentarios a cargo del historiador Antonio Moreno Ruiz. 

miércoles, 12 de noviembre de 2014

CANARIAS EN LAS ESPAÑAS (II)

Por Antonio Moreno Ruiz

Historiador y escritor







...CONTINÚA:




¿Existe una unicidad canaria? Hoy en día podemos decir que sí, pero piénsese que no en vano, cuando asomaba la cabeza el nefasto régimen del 78, hubo quien quiso idear dos autonomías para las islas, dada la gran rivalidad entre canariones y chicharreros. En el folclore también se ven las diferencias entre islas. Al igual que la América Hispana es una realidad que se funda con España, pues que no había ningún estado-nación amerindio unificado; al igual que España es una realidad que no puede entenderse sin el legado imperial romano, el reino visigodo y la lucha contra el islam. Y dentro de Canarias también hay diversidad.


Otrosí, volviendo al factor aborigen canario, si bien incluso en el español hablado en Canarias hay términos de esta cultura, también en el físico y en la genética es visible, pues como bien dicen los amigos de Canarias Identitaria (7), un 10% de la genética canaria es no europea, mientras que más de un 40% de la población canaria, aun teniendo una genética similar a la peninsular, también porta sangre aborigen, algo que es más visible en el sexo femenino. Asimismo, no sólo hubo aborígenes canarios en las islas, sino que su presencia, cultural y genética, es visible de Sevilla a Puerto Rico. Y no sólo los que fueron llevados como esclavos (algo denigrante y condenable, sin excusas), sino porque también los hubo libres. En Sevilla, donde también se ha hallado –por poco que sea- genética de los nativos canarios, tenemos su recuerdo en la calle Canarios, cerca de la Puerta de la Carne; y no sólo eso, sino que en la música, tal y como nos recuerdan los mentados hermanos Hurtado Torres, estos antiguos canarios fueron los que incorporaron a los bailes de la época el vigoroso zapateado de punta y talón que será adoptado por los bailarines educados en la tradición musical europea, y que desde Sevilla pasará al Nuevo Mundo, estando muy presente por ejemplo en la música criolla peruana (8). Empero, siguió influenciando en la Península, pues como tienen a bien recordarnos nuestros amigos de Canarias Identitaria, “Abreu Galindo afirma que en la Península usaban a modo de villano el baile de los guanches. Varios autores dicen que con el nombre del “Canario” este baile pasó a la Península. Gómara, bastante explícito, asegura que andaba por el mundo un baile que ha ennoblecido las Islas Canarias. Fr. Juan de la Puente dice que era el “Canario” un baile importado a la Península desde estas islas. Braulio Foz en su obra "La vida de Pedro Saputo" afirma que ese mismo baile, "El Canario”, de variedad en variedad y de nombre en nombre, ha venido a ser y llamarse "La Jota”.




Ciertamente, es un aspecto muy poco conocido de nuestro folclore, que debe ser reivindicado, dentro de que lo aborigen canario es parte constituyente de la identidad española en general y no sólo isleña. Pero ese olvido, o esa confusión, no sólo pasa con Canarias, puesto que por desgracia, entre el romanticismo y los separatismos han hecho estragos en nuestro imaginario colectivo, siendo que desde el flamenco a las músicas de Galicia y Asturias está totalmente contaminado de alienaciones pseudo-teóricas varias; aunque gracias a Dios, ya eso empieza a subsanarse. (9)


Imagen de Canarias Identitaria



Y por supuesto, ni queremos ni debemos olvidar la ligazón de Canarias con el Nuevo Mundo como un aspecto integral de su identidad, pues si bien encontramos presencia genética de aborígenes canarios en Sevilla, también hablábamos de Puerto Rico, donde hay más descendientes de canarios que en las Canarias actuales (10). Y no en vano nuestros amigos de Canarias Identitaria informan que “el siglo XVIII en Puerto Rico fue uno de gran crecimiento poblacional. La Isla del Encanto cuenta con 78 municipios, los primeros fueron fundados en el siglo XVI mientras que los últimos fueron fundados a principios del siglo XX. Entre 1714 y 1797 se fundaron 28 pueblos y de esos 19 fueron fundados y poblados por canarios. Eso significa que el 35% de los pueblos puertorriqueños fueron originados por familias canarias y eso es sin contar los otros municipios que surgen de esos 19 originales. Otra gran aportación canaria lo es la devoción a la Virgen de la Candelaria. La Candelaria es muy querida en Puerto Rico y es patrona de varios pueblos, incluyendo la ciudad de Mayagüez, tercera ciudad en importancia histórica y cultural de la isla. En Mayagüez se encuentra una hermosa catedral dedicada a la Candelaria. También se llevó la devoción a Santa Rita y le construyeron una ermita en el pueblo de Añasco que también fundaron los isleños. El día de la Candelaria es importante en el calendario cultural puertorriqueño y en ese día se quemaban las cosas viejas que ya no se querían en una gran fogata comunal. Recuerdo que mi padre me decía “Tu si que eres bueno…pa’l día de la Candelaria” Todavía es un refrán bastante usado por los mayores y se puede usar en infinidad de ocasiones como relajo. Los números exactos de la emigración canaria a Puerto Rico no se saben con seguridad, pero según genealogistas de Puerto Rico y de Canarias, los isleños formaron la base principal de la población campesina puertorriqueña. Es en el noroeste y norte-centro de la isla donde es más notable la influencia canaria. En el noroeste esta la ciudad de Hatillo, la cual fue poblada densamente por canarios, especialmente de San Miguel de Abona y hoy el 80% de los hatillanos tiene origen canario según genealogistas. En Hatillo se celebra el día de los Santos Inocentes con un festival de máscaras que tiene origen tinerfeño y existe un juego de naipes llamado el truco que fue traído por isleños. En la música puertorriqueña también se siente el espíritu creativo del canario. En las montañas de Borinquén (nombre aborigen de Puerto Rico) se escuchan las décimas por doquier y el tiple y el cuatro se une a las controversias y pie forzados que se oyen en esos lares. El canto del jibaro (ósea el campesino) tiene rasgos canarios, y el que conoce la música de ambas zonas notará en seguida el parentesco. La gastronomía tampoco escapa la influencia canaria. Los boricuas comen sancocho todo el año y el gofio es muy conocido por grandes y chicos. El mojo es necesario en la cocina puertorriqueña y se hace de diferentes maneras pero todas muy semejantes al estilo original canario. Es interesante saber que estudios universitarios han encontrado genes guanches en la población puertorriqueña y también en la vecina Santo Domingo. El lenguaje es otro gran legado que se tiene de Canarias. El habla canaria es definitivamente la madre del español puertorriqueño. Hoy día muchos puertorriqueños están redescubriendo sus orígenes canarios y españoles en general. El Círculo de Amistad Canaria y la Rondalla Canaria han hecho grandes esfuerzos en los últimos años por fortalecer los lazos entre Puerto Rico y Canarias. El documentalista canario Manuel Mora Morales ha hecho una gran serie llamada “La ruta del gofio” y ha filmado y hablado en Puerto Rico muchas veces. El legendario show de folclor canario, Tenderete, ha parido un hijo, y en Puerto Rico desde el año pasado se emite “Tenderete en Puerto Rico” que hace gala del folclor boricua y canario.”

Asimismo, veremos cosas tanto del vocabulario (el uso de diminutivos; decir “cachete” en lugar de “mejilla”…) como de la religiosidad (la fiesta de la Candelaria) que también están presentes en Andalucía. Y volvemos al principio: Andalucía y Canarias, las regiones españoles que más han interactuado con América; de ahí a la configuración de nuestras identidades, y no en el africanismo o el islamismo. Y es que la influencia canaria no sólo es visible en Puerto Rico, puesto que Venezuela llega a ser considerada como la octava isla, y no es algo que venga de ahora; puesto que a principios del siglo XIX, muchos canarios destacaron en el ejército realista y ostentaron su brioso mando en la entonces Capitanía del virreinato de la Nueva Granada, peleando para que no separaran las Españas Americanas: Casos como el de Monteverde, Rosete, Yáñez (el "Taita Ñaña"), Chepito González o Tomás Morales lo atestiguan; frente al secesionismo comandado por Miranda (que era hijo de canario) y Bolívar, no sin la ayuda del imperio británico...



Tomás Morales,  jefe realista canario, Capitán General de Venezuela. 
Imagen de diariovea.com.ve



Con todo, a día de hoy, la influencia e interacción entre las islas y este país hispanoamericano es grandísima y visible en aspectos tan cotidianos como el habla, la música o la gastronomía. En Canarias, muchas veces en las parrandas folclóricas se incluyen repertorios hispanoamericanos como propios, y el punto cubano, esto es, el antecedente de la guajira flamenca, está vivo y coleando.





Según datos de la enciclopedia de la historia de España que coordinó Antonio Domínguez Ortiz –QEPD- para la editorial Planeta, entre los siglos XVI y XVII, casi el 60% de los pobladores españoles en América eran de origen extremeño o andaluz. Y en lo que coinciden muchos historiadores, y también recuerda el filólogo andaluz José María Pérez Orozco, es que la mayoría de las mujeres españolas presentes en el Nuevo Continente eran andaluzas, por lo que muchos criollos escucharon al español de Andalucía como su lengua materna. Y a eso se añade que desde el siglo XVII, confirmado luego en el Reglamento Real de 1718, si nos atenemos a la denominación popular del “Tributo de Sangre”, tenemos que por cada cien toneladas de mercancías que llevaban al Nuevo Mundo los barcos que tocaban Canarias, tenían que emigrar cinco familias insulares. No sólo es Venezuela y Puerto Rico: Es que Montevideo, la actual capital uruguaya, es una fundación de canarios; y presencia isleña hubo desde el Mississipi a los confines rioplatenses. Si bien en el XVI se prohibió la emigración canaria a América por temor a la despoblación de las islas, en el XVII como decimos cambiaron las tornas, y aun abolido el Tributo de Sangre en 1778, las fundaciones canarias se extendieron por todo el continente. Y es que si hay algo bello y culminante de la rica identidad canaria es el ser el máximo enlace con nuestra África y nuestra América. Su modelo económico inicial, amén del autoconsumo agropecuario, se basó en la exportación de productos como la orchilla, el vino y el azúcar de caña; desde las islas se transportó el ron a América; desde las islas se forma todo un modelo de vida y economía.

Así las cosas, basta ya de odios, divisiones e insultos entre españoles. Conozcamos y amemos nuestra tierra tanto por su evidente diversidad (¿y qué patria no es diversa?) como por su irrenunciable e innegable unidad. Canarias es tan española como Covadonga, y no es ningún “exotismo”, sino algo muy cercano y muy tangible, que constantemente nos recuerda lo que somos y hacia donde podríamos y deberíamos ir. El alejarnos o el ignorarla no nos trae sino desgracias, y es una injusticia que probablemente, ya hemos empezado a pagar muy caro. Hay que valorarla como tesoro, como tesoros son los cuatro puntos cardinales de esa España que hoy parece regodearse en una orgía de autodestrucción. Que el sol de las Canarias nos ilumine en la tarea restauradora que nos compete, Dios mediante (11).






-NOTAS: 


(7) Página de Canarias Identitaria:

Canarias Identitaria




(8) Donde incluimos a las músicas negroides, y para muestra un botón:




(9) Recuérdense al respecto (1), (2) y (3)




(10) Sobre la influencia canaria en Puerto Rico: Relación entre Puerto Rico y Canarias - TV Puertorriqueña




(11) Aproches al folclore y a la identidad de Canarias en general:


MÚSICA CANARIA (Y ETCÉTERA)


MÚSICA CANARIA (Y ETCÉTERA).(2)



MÚSICA CANARIA Y ETCÉTERA (3): CANTO DE LA MEDA



CANARIAS EN LAS ESPAÑAS (I)

Por Antonio Moreno Ruiz 

Historiador y escritor



Escudo de Canarias
Imagen de www.geocities.ws



En estos aciagos días, en los que España, como toda sociedad degenerada, se regodea frenéticamente en su autodestrucción, vemos, sin embargo, que tanto centralistas separadores como separatistas antiespañoles coinciden en algo básico: El odio a lo andaluz (1) e ignorar a Canarias. Para el separatista, el andaluz una especie de icono de españolía y una raza inferior que hay que despreciar y abatir; para el centralista, el andaluz no es más que un vago, chistoso y mal hablado que no sabe absolutamente nada. Y el isleño canario no existe ni para uno ni para otro; y en todo caso, cuando se llega a las islas, más de uno pensará que allí hay gente con taparrabos y por eso habrá de tener complejo de superioridad. Y esto no es baladí, pues en verdad, tanto Andalucía como Canarias son puntales máximos de nuestra historia, y sin su decisiva intervención, no se entiende el decurso de las Españas. Y es que tenemos que situarnos: En el siglo XIII, tras la decisiva batalla de Las Navas de Tolosa, donde una coalición de castellanos, navarros y aragoneses derrotó a los poderosos y soberbios almohades, el valle del Guadalquivir se abrió para toda España. Si bien en los siglos precedentes, la población mozárabe (cristianos que vivían bajo dominio islámico) se había ido desplazando hacia el norte, primero repoblando el reino de León, y luego rehaciendo la ciudad de Toledo como uno de los máximos motores peninsulares, ahora se procedía al camino inverso, y gentes de todo el norte y centro del país arribaba a la antigua Bética, a Sevilla (con las actuales Huelva y Cádiz), Córdoba y Jaén, los ya llamados reynos del Andaluzía. La política de repoblación continúa, y la continua interacción entre españoles se acentúa en un proceso de reconocimiento fascinante. Por ejemplo, en la actual provincia de Sevilla, mientras que en Bollullos de la Mitación tuvieron bastante peso repobladores castellanos y gallegos, Coria del Río y Camas fueron repobladas por catalanes. Eso en principio claro, porque luego llegarían gente de muy diversos puntos, incluido Portugal. Así como en Cádiz había cofradía de vascos y en Jaén el peso de la repoblación castellana y vascongada es más que notable, pero tampoco le faltan puntadas aragoneses. Y todavía en Córdoba, amén de la cercanía de La Mancha, se nota la fuerte impronta de los mozárabes, pues no en vano con Toledo y Valencia constituyó uno de los puntos más notables de cristianos atrincherados bajo el yugo mahomético.






Cruz mozárabe de Toledo
Imagen de www.blasoneshispanos.com



Así las cosas, esta población se mueve a caballo, con campesinos soldados a los que se conceden fueros y cartas pueblas, en cultura de frontera, pues no en vano todavía quedaba el reino nazarí de Granada; y que se renueva entre el campo y el mar, está configurando una patria que se rejuvenece en su tradición, y cuyos reyes y militares no olvidan que parte del norte de África siempre fue hispano y que la Reconquista no se quedará inconclusa hasta que no se controle el Estrecho de Gibraltar y se restablezca el limes en el Atlas, tal y como era desde la época del emperador Otón y tal y como fue confirmado por el emperador Marco Aurelio, continuando así primero durante la época romana y luego con la visigoda. La Reconquista de Granada lleva aparejado este pensamiento, que de hecho, ya en el siglo XIV lo empiezan a hacer efectivo portugueses y aragoneses; los mismos que, por cierto, ya estaban merodeando las Islas Afortunadas (no sin el concurso de otros europeos). En el siglo XV se inicia la conquista por parte de la expedición a Lanzarote de los normandos Bethencourt y De la Salle, particulares al servicio de la Corona de Castilla; la cual iniciaría la conquista desde su base de realengo ya en el último cuarto del siglo. Y no olvidemos una cosa que es capital para entender el futuro de Canarias: La conquista y el poblamiento organizados por los condes de Niebla, esto es, desde la Baja Andalucía, con gentes de las actuales provincias de Huelva y Sevilla. No es que esto fuera exclusivo, pues luego a las Canarias irán arribando distintas oleadas de peninsulares (donde incluimos a los numerosos portugueses) y algunos genoveses, flamencos y normandos, así como también algunos moriscos y negros destinados al trabajo en las plantaciones.

Dentro de las hablas canarias, a los peninsulares les parece muy característica la pronunciación de la “ch”, y yo les digo que vayan a Valverde del Camino (Huelva) y observen como se dice allí “ocho cafés con leche”, por ejemplo; así como las hablas canarias están directamente emparentadas con el habla andaluza occidental, siendo que a alguien de Despeñaperros para arriba, e incluso a no pocos hispanoamericanos, les cuesta trabajo la distinción. Con respecto a los hispanoamericanos, tanto el canario como el andaluz, al llegar al Nuevo Mundo y ser escuchados, tirios y troyanos les preguntarán que si son caribeños o chilenos, pero muy rara vez se harán la primera idea de que son españoles. Y es que en verdad, el idioma que llegó a América no procede de Castilla la Vieja, sino de la Baja Andalucía y constantemente filtrado por Canarias. Por eso, el deje español que hoy se piensa como prototípico en América, sin embargo, no corresponde a las hablas andaluzas y canarias, para muchos, sorprendentemente más próximas a las americanas. Y lo mismo pasará con la música, y a su vez, las músicas de Canarias y Andalucía quedarán profundamente tocadas por la continua interacción con el Nuevo Mundo (2), partiendo gran parte del fandango, aquella música que se inicia en el siglo XV, y luego se alimenta por el barroco y por algunos bailes de negros de Sevilla (donde todavía existe la Hermandad de los Negritos como bello recordatorio), llega a América y vuelve transformada, siendo que ya en el siglo XVIII el Diccionario de Autoridades de 1735 como un “baile introducido por los que han estado en los reinos de Indias”. Influencias de este fandango antiguo (anterior a los actuales fandangos flamencos) existen por toda América, siendo el padre de la zamacueca y la marinera en el Perú; siendo asimismo, el padre de muchos cantes flamencos (no sólo del fandango de Huelva) y, asimismo, extendido en múltiples formas por toda la Península Ibérica. Y si hablamos de flamenco, gracias a La llave de la música flamenca de los hermanos Hurtado Torres y a los blogs de Fernando Jurado Pérez (3), hemos podido saber mucho más acerca de las músicas precedentes que hicieron el Cante o Género Andaluz del XVIII, que conllevará a la copla y al flamenco del XIX. Y parte de esa base preflamenca está viva y coleando en Canarias: La folía, el sorondongo (herencia del zorongo andaluz), las seguidillas o las malagueñas nos retrotraen a ese imaginario musical que eclosionó de barrocas maneras y estuvo vivo en el sur ibérico hasta el siglo XIX y que así evolucionó a formas que ya nos identifican con la actualidad.




Asimismo, ahora que llevo ya tres años lejos de nuestra patria, puedo decir que el andaluz y el canario comparten una afinidad de caracteres la mar de entrañable. Un amigo mío canarión dice que “el andaluz y el canario, cortados por las mismas tijeras”, y no le falta razón. A la no poca afinidad fonética se suele unir un carácter abierto y amigable, adicto a las chanzas y a la música, siendo que, eso sí, el canario es más tranquilo y suele ser mejor hablado, para qué nos vamos a engañar. Pero sin duda, si un andaluz tiene afinidad con alguien dentro de su patria, es con extremeños y canarios.

Con todo, no es sólo andaluza la influencia de Canarias, pues como ya hemos señalado, muy distintos repobladores, continuando el modelo que se había seguido en la Península, fueron conformando el archipiélago. En el interesantísimo folclore de la isla de El Hierro, por ejemplo, es muy visible la herencia gallega y asturiana, la misma que hace posible la presencia de la isa.

La presencia de palos musicales como las polcas piconas o el siote, asimismo, nos conectan con la Vieja Europa.




Pero claro, habrá quien diga que precisamente por la conquista y poblamiento dirigido desde la Península, primero por particulares normandos al servicio de Castilla y luego implementada por los Reyes Católicos y los condes de Niebla, se produjo un brutal genocidio contra los pobladores nativos de las islas. Esta mentira está siendo repetida más de la cuenta y encima con empuje y hasta financiación del estado español, y suele ser esbozada por quienes, acto seguido, sin embargo dicen que los canarios no son españoles porque son guanches/africanos. Es la misma contradicción de la escuela del ensayista hebreo-brasileño Américo Castro: España es diferente en el contexto europeo porque su identidad se debe al semitismo irrefutable que nos dejaron moros y judíos y, sin embargo, hemos sido muy malos e intolerantes por haber expulsado a moros y judíos. Cualquier persona con un mínimo de sentido común convendrá en que esta contradicción resulta infantil por no decir irrisoria. Al final, el odio antiespañol, esto es, el odio a sí mismos de muchos, no supone más que mórbida ridiculez, salvando que es el mismo sistema quienes los aúpa. Otrosí, afortunadamente, tanto por la cultura como por la genética sabemos a ciencia cierta que ni por asomo los aborígenes canarios fueron exterminados. En primer lugar, porque la Corona de Castilla no aplicó nunca una política de exterminio. No vamos a negar que hubo episodios de crueldad, pero esta crueldad no fue exclusivamente de los peninsulares. De todas formas, ¿acaso podemos denunciar como genocidas a los romanos? No, al contrario: Hablamos una lengua, nos desarrollamos en un derecho e incluso en un arte que proviene de esta magnífica civilización. La conquista española en general se hizo bajo los cánones grecolatinos: Alejandro Magno exhortaba a sus militares a que se casaran con mujeres persas y enraizaran el país; Roma, en la Península, se alió con muchas tribus iberas del sur y del poniente mientras que le hizo la guerra a otras. Eso fue lo que hizo la Corona de Castilla en Canarias; Corona de Castilla que por cierto, no encontró ningún estado-nación (¡ni tan siquiera la España de entonces lo era!) étnica y culturamente unificado en el archipiélago. Como guanches eran conocidos los nativos de Tenerife, pero no los de las otras islas, las cuales, reiteramos, no formaban ninguna unidad política.

Además de los nativos, está demostrado que por las Islas Afortunadas también pasaron fenicios, cartagineses y romanos, y quién sabe si también celtas, iberos y vándalos; porque hay testimonios que así nos hacen pensar. Hay no pocas hipótesis sobre los distintos moradores (4) que convergían, conveniendo en que buena parte de esta interesantísima cultura está ligada al tronco bereber, y por eso, algunos separatistas que en su día también fueron terroristas, esgrimen un pretencioso “hecho diferencial africano”, puesto que Canarias tendría más relación con el Magreb, o hasta con el África Negra, que con sus hermanos del resto de las Españas. En primer lugar, la etnicidad del Magreb actual es una mezcla intensa de elementos semíticos y negroides, quedando totalmente relegado el elemento bereber, el cual, si bien mantiene el idioma tamazight, encuentra en el árabe su principal vehículo lingüístico y son de religión islámica; aspectos importantísimos que nunca tuvieron lugar en Canarias. Asimismo, parte de la élite de Marruecos, y también de Argelia y Túnez, también procede de los antiguos moriscos ibéricos (5) o “andalusíes”, que asimismo, en modo alguno son asimilables a la mayor parte de la población magrebí, puesto que incluso los moros de hace siglos los veían muy blancos y con costumbres muy distintas, “poco islámicos”, literalmente. Poco queda de lo bereber antiguo en el Magreb, salvando muy determinados casos del Rif marroquí y la Kabilia argelina. Pero es que incluso si se quisiera esgrimir un “nacionalismo bereber”, es más que evidente la relación de los antiguos bereberes con la cultura ibérica (6); así que ni por ahí habría un “hecho diferencial determinante” para separarse de España per se.




Indígenas de Gran Canaria según Leonardo Torriani (1592)
Imagen de www.laprovincia.es


No vamos a negar que Canarias está “frente” a las costas africanas, y de hecho, sirvió como base de penetración española sobre territorios que nunca estuvieron bajo soberanía marroquí: En el siglo XV se fundó Santa Cruz de la Mar Pequeña, germen de Sidi Ifni y del Sáhara Español que Marruecos, con la complicidad de Estados Unidos, Juan Carlos y demás traidores que hicieron el régimen de 1978, entregó vilmente a la tiranía alahuita. En todo caso, Canarias ha sido, es y será centinela de España en África, prolongando el papel de las muy nobles y leales Ceuta y Melilla. La presencia ibérica en África es milenaria, por más que la República Francesa y las potencias anglosajonas nos hayan querido expulsar, y algún día tendremos que volver por derecho, tanto españoles como portugueses. Pero la identidad canaria no es “diferencial africana”, algo que incluso el panafricanismo afirmó tajantemente hace muchos años.



Imagen de aquellasarmasdeguerra.wordpress.com




-NOTAS:


(1) Sobre el odio a los andaluces de Castelao y etc., véase:




(2) Sobre este particular, véase:


CONFERENCIA "LA HERENCIA HISPANOAMERICANA EN EL FL...







(3) Sobre La llave de la música flamenca:



Los blogs de Fernando Jurado Pérez:

PREHISTORIA DEL FLAMENCO




PROTOHISTORIA DEL FLAMENCO





(4) Véase: "De modas y guanches". - Revista La razón histórica




(5) Sobre los moriscos:



(6) Sobre la plausible relación entre iberos, vascones, bereberes, guanches y etruscos:








CONTINUARÁ...