Carnaval de Bielsa, fotografía de periodistadigital |
EL DOMINIO MASCULINO EN LAS ANCESTRALES SOCIEDADES MATRIARCALES
Manuel Fernández Espinosa
Debemos al antropólogo alemán Fritz Graebner (1877-1934) el concepto de "Maskenkultur" (Cultura de las máscaras), aunque no fue el único que estudió este apasionante asunto que podemos hallar en las sociedades primitivas de todos los continentes.
Para Graebner, existía un número limitado de "círculos de cultura" (Kulturkreis) a partir de los cuales se desarrollaban todas las demás por difusión o transfusión de elementos. Para Graebner, las culturas patrilineales y matrilineales eran dos formas independientes que coexistían y no tenían por qué secuenciarse. Las culturas agrícolas y matriarcales se relacionan con el animismo, el culto de los muertos y los mitos lunares. En estas sociedades primitivas y, como válvula de escape para los varones, se encuentran las sociedades secretas masculinas que empleaban máscaras terroríficas y danzas con el propósito de controlar la sociedad aterrorizando a las mujeres y a los no-iniciados. La antropología anterior a Graebner había reparado en la existencia de este tipo de asociaciones masculinas, perfectamente jerarquizadas por el empleo de sombreros o máscaras diferentes: para entrar en estas asociaciones que realizaban sus encuentros lejos de los ojos profanos, se exigía ser varón y ser iniciado con los ritos propios de la organización. Periódicamente, como exhibición de poder, realizaban "ritos de destrucción" para que no cupiera duda alguna de quiénes ejercían el dominio sobre la totalidad de la sociedad en cuestión.
Aunque su sentido haya cambiado en el curso de miles de años me parece que lo más acertado sería entender este fenómeno estudiado por Graebner como el origen de las muchas y variadas mascaradas que por todo lo ancho y largo de la Península Ibérica podemos encontrar: desde las portuguesas de Tras-Os-Montes a las de Zamora, Aragón, Euskalherría, Navarra, Cataluña... Estudiadas por Julio Caro Baroja en su libro "El Carnaval". Se han podido añadir en el curso del tiempo nuevos planos de significado religioso (Cuaresma, Carnestolendas), pero en el fondo de los Carnavales y Mascaradas más arcaicas cabe descubrir estos primitivos mecanismos de poder.
Como afirma José Luis Cardero: "La máscara es una falsa cabeza tras la que, en ocasiones, se ocultan enviados del más allá. Instrumento para los que desean imponer otras realidades".
Fritz Graebner en su despacho |
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