jueves, 29 de octubre de 2015

RELIQUIAS DE TRADICIONES DE ÁNIMAS


El Ánima Muda, El Blanco: foto de La Tribuna de Albacete


LAS HERMANDADES DE ÁNIMAS Y SUS SUPERVIVENCIAS


Manuel Fernández Espinosa



La doctrina del Purgatorio fue definida por el Magisterio de la Santa Madre Iglesia sobre textos bíblicos (tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo) y sobre la tradición apostólica. No faltan tampoco los textos de los Padres de la Iglesia que la afirman.
 
En la católica España, sobre todo durante el siglo XVI, proliferaron las llamadas Hermandades de las Benditas Ánimas en las parroquias, cuya institución tenía por objeto rogar por las almas de los fieles difuntos; estas cofradías no serían, propiamente, hermandades de gloria, aunque tampoco participan plenamente del estatuto de hermandades de pasión. La mayor parte de estas hermandades se dedicaban a recabar limosnas para sufragar Misas y otras funciones religiosas en aplicación a las Benditas Ánimas del Purgatorio.
 
Muchas tradiciones locales, relacionadas con la festividad de Todos los Santos y, sobre todo, Fieles Difuntos, encuentran su origen en estas cofradías que gozaron de una gran vitalidad en las parroquias. El ilustrado siglo XVIII supuso en gran medida la supresión de estas cofradías que tuvieron que acomodarse a las cofradías pasionales que permanecieron y tomaron el relevo de rogar por las ánimas purgantes de sus miembros difuntos o de los difuntos de sus cofrades.
 
Es el caso, por ejemplo, de la tradición albaceteña de "El Blanco", también llamado "Ánima Muda". En el pueblo de El Ballestero (Albacete), un lugareño, cumpliendo promesa heredada, se reviste en secreto de blanco completamente, sin dejar ver ni su rostro (en un completo anonimato) y, provisto de campanilla y alforja, va por el pueblo pidiendo limosna sin salir de su mutismo. Esta tradición se realiza anualmente en el día de los Santos Inocentes, pero aunque la fecha no coincida con el día de los Fieles Difuntos, lo que El Blanco representa es el ánima de los antepasados que reclaman sufragios para aplacar las penas temporales que estos sufren en el purgatorio, no se trata de un disfraz, sino de un hábito que cubre de blanco completamente al que lo lleva, denotando con esa impersonalidad a la Iglesia Purgante. Que se celebre en el día de los Santos Inocentes no tiene tampoco ninguna connotación humorística, como podría hacer pensar el hecho de que ese día sea, generalmente, considerado como el día de las bromas llamadas "inocentadas", todo lo contrario: se trata de una tradición austera y severa, acorde con el más estricto espíritu católico de España. Podría verse aquí un vestigio de los limosneros de las antiguas Hermandades de Ánimas y que realizaban estas labores en sus respectivos pueblos.
 
La tradición local de "El Blanco" pasa por ser a día de hoy una singular costumbre local, pero -como hemos tenido ocasión de comprobar con otras muchas tradiciones- no sería extraño que se tratara de una de las últimas supervivencias de una práctica piadosa que podría estar más generalizada en toda España, como parece mostrarse en Mejorada (Toledo),  donde encontramos el personaje de "El Cirigüelo" que, ataviado de forma similar a "El Blanco" del pueblo albaceteño, también cumple la misión de pedir limosna por las Ánimas del Purgatorio: se podría abrir por aquí una línea de investigación, es más que probable que no sean los dos últimos islotes donde se han mantenido estas ancestrales y cristianas tradiciones.
 
El Cirigüelo de Mejorada (Toledo): foto del blog OBJETIVO TRADICIÓN
 
 

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