Infantillo del Colegio de Corpus Christi de Valencia |
Manuel Fernández Espinosa
San Juan de Ribera, nacido en Sevilla el año 1532, hijo de Pedro Enríquez y Afán de Ribera y Portocarrero, Duque de Alcalá y Marqués de Tarifa, Virrey de Cataluña y Nápoles, destacó como Arzobispo de Valencia. Juan recibió la tonsura clerical el 23 de marzo de 1544 en la iglesia de San Esteban de Sevila y poco después pasó a Salamanca. Felipe II lo propuso ante el Papa Pío VI para ocupar la sede episcopal de Badajoz en 1562 y en 1568 el Romano Pontífice le confiere el título de Patriarca de Antioquía y Arzobispo de de Valencia. El sevillano entró el 21 de marzo de 1569 en Valencia y acometió con celo y energía la reforma del clero y la edificación de las almas. Una de las fundaciones que de San Juan de Ribera han llegado a nosotros es el Real Colegio de Corpus Christi de la capital del Turia, instituido para la adoración del Santísimo Sacramento y la formación del clero.
Es en esta institución centenaria donde se establecería una de las tradiciones en Valencia que duró poco y que parece haberse rescatado: la de los Infantillos (semejante a la tradición de los Seises de Sevilla), de la que ya daba cuenta en "Nuestras ancestrales danzas guerreras". Así nos lo refiere el P. Burguera:
"En un principio verificábase por los claustros del Colegio y durante la octava del Corpus el baile de los infantillos, resultando un acto conmovedor, parecido al de los seises hispalenses. Poco después de la fundación de este Colegio, el carácter extremadamente serio valenciano, conceptuó á este baile como poco reverente á la Majestad del Sacramento, suprimiéndolo, en consecuencia, sin tener en cuenta que todas las cosas practicadas con intención recia y devoción esmerada son del agrado de Dios, y que por lo mismo aquel baile podía darle gloria. He tenido el gusto de ver dos ejemplares del uniforme de los antiguos infantillos que se usaban para el baile de referencia, y que guarda, como reliquia preciosa el Colegio de Corpus Christi de Valencia. No he podido dar con las poesías que, para cantadas, se repetían en la carrera de la procesión del Corpus, minetras era ejecutado el gracioso baile".
Digamos que Fray Amado de
Cristo Burguera y Serrano (y no "Bruguera", como hemos leído en alguna
parte) había nacido en Sueca (Valencia) el año 1872, en el seno de una
familia carlista, había sido fraile en el Convento de Segorbe y llegó a
ser censor eclesiástico, falleciendo en 1960 en su Sueca natal, de la
que llegó a ser Cronista Oficial. Eruditos valencianos le describen como
un "franciscano exclaustrado, rico y proveído de una fantasía
clamorosa" que "consumió su vida en ocupaciones admirablemente
extrañas". El Padre Burguera había conocido a D. Alexis de Sarachaga Lubanov de Rostov en 1914 en Francia y recibió de Sarachaga el cometido de crear la
sección española del Hieron, aunque lo intentó, el proyecto no cuajó, no obstante, a su regreso a
Valencia, el P. Burguera fundó, en unos terrenos a las afueras de Sueca
el Studium Catholicum (invocando la experiencia pedagógica del P.
Manjón). El edificio de este Studium Catholicum se inauguró el año 1931; pero la confrontación del P. Burguera con la II República provocó que las autoridades
municipales republicanas clausuraran este centro. Sin embargo, su obra "Enciclopedia de la Eucaristía", donde trata este asunto de los Infantillos de Valencia, entre tantos otros temas, muestra a las claras que perseveró en la misión conferida por Sarachaga para la implantación del Reinado Social de Cristo Rey.
Los orígenes de los Seises sevillanos se remontan a Fernando III el Santo y sus danzas sacramentales hay que relacionarlas con las danzas guerreras más primitivas, ejecutadas ante el Santísimo Sacramento como danzas oferentes. Como apuntaba el P. Burguera, solo unas mentes estrechas podían censurarlas. La tradición se ha perpetuado felizmente en Sevilla como una de las muestras más entrañables de amor y adoración eucarísticos.
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